Pocas veces el resultado refleja lo que fué el partido, y sin duda esta final fue una de estas veces. No hay comentario que pueda resumir la Copa, ni palabra para definir el encuentro… más que el mismo resultado de este: Un limpio 3-0.
Uruguay dentro de sus 3.400.000 de habitantes y su gran historia en el fútbol, ha logrado encontrar al equipo capaz de ganar en Argentina, llevándose su 15° trofeo, y asombrando con sus figuras. Para los charrúas el tiempo en la cancha no pasaba, corrían cada pelota como si el cansancio no existiera; no habían pelotas perdidas, sólo jugadores dispuestos. Con estos tipos pareciera que el resultado no afectara el juego, ya que perdiendo, empatando y goleando su calidad no cambia. Da gusto verlos jugar.
Sin duda el jugador que demostró la garra charrúa a su perfección fue su 9, Luis Suárez, quien justamente se quedó con el titulo al mejor jugador de la Copa, y habiendose convertido en el inaugurador del marcador en el encuentro contra los paraguayos.
No puedo dejar de nombrar a Justo Villar, aunque sea para decir lo que muchos saben, es que este portero se lleva el orgullo de tener tal talento, de ser una figura más que clave en llevar a los paraguayos a la final, y en poder decir tranquilamente que en Argentina demostró ser el mejor portero de toda América.
Gracias al fútbol un país pequeño puede ser grande.
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